“Tuvieron que transcurrir cientos de miles de años para que la población mundial creciera hasta alcanzar los 1.000 millones de habitantes; después de ese momento, en solo 200 años más se multiplicó por siete. En 2011, la población mundial alcanzó la cuota de los 7.000 millones de personas y [ya se preveía] que en noviembre de 2022 alcanzara los 8,000 millones.”[1]
Es una cifra impresionante que nunca me había planteado imaginar. Y aunque probablemente sea un nombramiento simbólico (me gustaría saber cómo eligen qué bebé será el que represente al millardo alcanzado), se trata de una de esas noticias que nos hacen pausar y reflexionar. ¿Qué te hace sentir a ti saber del nacimiento de este bebé?, ¿qué te hace pensar?, ¿qué plegaria harías por este chiquito?, ¿a qué acción concreta podrías comprometerte para que reciba las bendiciones que todo ser vivo merece?
Foto tomada de internet
Decir que un nacimiento es siempre una bendición es un cliché; hay todo tipo de circunstancias en las que no lo es ni para la madre, ni para el pequeñito que llega a un medio peligroso o poco viable para la vida. Pero hay algo en la expresión, en la mirada, en la presencia de los bebés que rompe todas las resistencias, que provoca infinita ternura y un instinto de supervivencia que nos hace querer protegerlo, querer amarlo. Y creo que Damián recibirá muchas intenciones amorosas, muchos deseos de una buena vida, mucha gratitud y bendiciones.
Pero, ¿qué tan viables son esos buenos deseos en la realidad del siglo XXI? El Fondo de Población de las Naciones Unidas identifica 8 tendencias para este mundo que hoy ya tiene 8 mil millones de habitantes. Éstas nos hablan de un mundo cambiante y retador, y también, parafraseando al UNFPA, de un mundo con “infinitas posibilidades”:
1. Se ralentiza el crecimiento
2. Menos hijos
3. Vidas más largas
4. Personas en movimiento
5. Poblaciones envejecidas
6. Las mujeres viven más que los hombres
7. Dos pandemias
8. Desplazamiento de los centros de población
Estas tendencias puedan darnos un panorama general desesperanzador, y es por ello que el organismo también hace un llamado importante: la inclusión. “Es necesario eliminar barreras y abrir caminos. El mundo no puede avanzar si dejamos a una sola persona atrás. Las posibilidades y las oportunidades no pueden ser un privilegio”. En este siglo que ya casi lleva un cuarto de su tiempo de vida, la lucha por los derechos humanos sigue siendo un reto que va creciendo en complejidad conforme hacemos conciencia de la diversidad que nos caracteriza, y les hemos aumentado otras: la lucha por los derechos de los animales, y la lucha por el respeto y la reparación del medio ambiente, por mencionar dos de las más importantes. Y ahí es donde se puede vislumbrar como posible el slogan del UNFPA, un mundo con infinitas posibilidades. Te invito a reflexionar en la manera en que podemos comprometernos individualmente a contribuir a este anhelo que nos plantea el nacimiento de Damián, con su insignia del habitante 8 mil millones en el planeta.
“Hagamos que el desafío sea más que simplemente existir, atrevámonos a prosperar. Y no solo unos pocos privilegiados…. desde la persona de un centro urbano densamente poblado, hasta la persona en el lugar más remoto del planeta, viejos y jóvenes, ricos y pobres, con y sin discapacidad, de cualquier expresión de género y orientación sexual.”[2]
Que nuestras intenciones y buenos deseos se conviertan en acciones que nos permitan construir un mundo para Damián, los 8 mil millones y los que vengan, en donde de verdad haya posibilidades de mayor equidad, justicia social, comunidad, salud mental, bondad, belleza y paz hacia el futuro. Qué tú y yo podamos sentirnos orgullosos de nuestra herencia.
Para más información sobre lo que este nacimiento significa, visita: https://www.unfpa.org/es/8billion
[1] Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA. (2022), “Tendencias demográficas”, https://www.unfpa.org/es/tendencias-demogr%C3%A1ficas
[2] Ibidem
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