Renacer no es empezar de cero: es un reacomodo amoroso
- Lilyán de la Vega
- 15 abr
- 1 Min. de lectura
Hay quienes creen que empezar de nuevo es borrar lo vivido. Que hay que dejarlo todo atrás, hacer limpieza profunda y salir otra vez, brillantes y listas para todo.
Pero hay renacimientos que no se anuncian con fuegos artificiales. Hay comienzos que duelen porque no son nuevos, sino sinceros. En realidad, no son un reset, son un reacomodo amoroso de lo que somos.
Cuando acompaño a mujeres en su segunda primavera —esa etapa en la que ya no se necesita demostrar tanto y, sin embargo, todo vuelve a moverse por dentro— veo algo que se repite: no quieren volver a empezar… quieren volver a encontrarse.
Y yo las entiendo.
Porque yo también he sentido el vértigo de no saber qué sigue, aunque por fuera todo parezca estar “en orden”. También me he mirado al espejo sin reconocerme, no porque haya cambiado mucho por fuera… sino porque por dentro ya no cabía en lo de antes.
Renacer no es hacer borrón y cuenta nueva. Es quedarte con lo que aprendiste, ponerle nombre a lo que dolió, soltar lo que ya no vibra contigo… y entonces sí: dar el siguiente paso con una voz más tuya.
Eso es lo que propongo en los círculos que facilito, en los talleres de escritura, en los procesos de coaching: no fórmulas mágicas, no promesas de 7 pasos, no frases motivacionales vacías. Solo un espacio donde puedas recordarte quién eres sin tener que pedir permiso.
Y si este mensaje resuena contigo, aquí estoy. Te invito a comenzar por escribir una sola frase:
🌿 Hoy me reconozco como…
Y luego observa lo que sale. Ahí empieza tu historia.

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