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Cuidar sin invadir en tiempos políticamente complejos


Guía práctica para madres y padres de personas LGBTQ+ migrantes o estudiantes en EE.UU.

Lilyan de la Vega

Facilitadora en procesos de transformación y acompañamiento emocional

Ser madre o padre de una persona LGBTQ+ ya implica un recorrido de aprendizaje, amor y defensa. Cuando esa persona además migra a un país como Estados Unidos, con políticas cambiantes y, en ocasiones, hostiles hacia las disidencias, nuestro rol de cuidado se vuelve más complejo: no se trata de controlar su vida, sino de saber proteger sin visibilizar de más, de acompañar sin ponerles en riesgo, y de transformar el miedo en estrategia amorosa.

Esta guía nace desde mi propia experiencia, como madre, como activista, y como facilitadora de espacios seguros para otras madres que caminan este mismo sendero. La ofrezco con el corazón abierto, esperando que sirva para sostener, orientar y empoderar. No es un manual de reglas, sino un compendio de principios para sostenernos entre familias que luchamos por un mundo más justo… sin dejar de cuidar a quienes más amamos.

1. Lo que hay que saber

 En EE.UU., identidad y activismo pueden ser factores de riesgo

  • Aunque tu hije tenga visa de estudiante o permiso laboral, las autoridades migratorias tienen facultades discrecionales para revocar visados, impedir ingresos o incluso detener por “riesgos a la seguridad nacional”.

  • En contextos de gobiernos conservadores, la visibilidad LGBTQ+ (en redes, manifestaciones o incluso en líneas de investigación académica) puede ser leída como “ideología política” o como “conducta no deseable”.

  • La vigilancia digital no se limita a la persona migrante: pueden considerar conexiones familiares, redes sociales públicas y etiquetados.

2. Cómo cuidar sin visibilizar de más

Ajusta tu presencia en redes sociales:

  • Evita publicar imágenes, nombres completos o etiquetas directas que vinculen a tu hije con causas sensibles (Palestina, género, migración, activismo).

  • Usa configuraciones de privacidad altas y evita compartir datos como ubicación, institución académica o fechas de viaje.

Si eres activista, ¡no dejes de serlo!, pero…

  • Evalúa si tu voz puede estar afectando indirectamente a tu hije. A veces basta con cambiar el enfoque de la publicación (de lo personal a lo colectivo).

  • Habla desde tu experiencia, sin mencionar detalles familiares.


3. Comunicación con tu hije: firmeza amorosa

  • Pregunta cómo quiere que te comuniques con elles sobre estos temas.

  • Valida su autonomía y experiencia (“Confío en que estás tomando buenas decisiones”), pero ofrece tu apoyo sin juicio.

  • Evita enviar enlaces o noticias alarmistas sin contexto. Mejor: pregunta si desean recibir información, y si sí, qué tipo.

4. Códigos y cuidado en la distancia

  • Establezcan un código informal para hablar de temas delicados (ej. “el clima está raro” puede significar “cuidado con redes sociales hoy”).

  • Si algo te preocupa, en vez de decir “haz esto”, intenta:  “Vi esto en las noticias. Si en algún momento te parece útil, puedo buscarte más info o ponerte en contacto con alguien.”

  • Consideren también herramientas de mensajería segura como Signal, Telegram o ProtonMail si sienten que ciertos temas deben tratarse de forma privada y encriptada.


5. Redes de apoyo y protección

Aliadas en EE.UU.:


En América Latina:

Cierro con esta certeza: La ternura también es una forma de resistencia. Cuidar sin invadir es un arte que podemos aprender juntas desde lo cotidiano.


Una madre que aprende a proteger sin silenciar, a hablar sin sobreexponer, a resistir sin colonizar la voz de su hije, está practicando una de las formas más profundas de la no violencia activa.

 
 
 

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