Cuidar sin invadir en tiempos políticamente complejos
- Lilyán de la Vega
- hace 7 días
- 3 Min. de lectura
Guía práctica para madres y padres de personas LGBTQ+ migrantes o estudiantes en EE.UU.
Lilyan de la Vega
Facilitadora en procesos de transformación y acompañamiento emocional

Ser madre o padre de una persona LGBTQ+ ya implica un recorrido de aprendizaje, amor y defensa. Cuando esa persona además migra a un país como Estados Unidos, con políticas cambiantes y, en ocasiones, hostiles hacia las disidencias, nuestro rol de cuidado se vuelve más complejo: no se trata de controlar su vida, sino de saber proteger sin visibilizar de más, de acompañar sin ponerles en riesgo, y de transformar el miedo en estrategia amorosa.
Esta guía nace desde mi propia experiencia, como madre, como activista, y como facilitadora de espacios seguros para otras madres que caminan este mismo sendero. La ofrezco con el corazón abierto, esperando que sirva para sostener, orientar y empoderar. No es un manual de reglas, sino un compendio de principios para sostenernos entre familias que luchamos por un mundo más justo… sin dejar de cuidar a quienes más amamos.

1. Lo que hay que saber
En EE.UU., identidad y activismo pueden ser factores de riesgo
Aunque tu hije tenga visa de estudiante o permiso laboral, las autoridades migratorias tienen facultades discrecionales para revocar visados, impedir ingresos o incluso detener por “riesgos a la seguridad nacional”.
En contextos de gobiernos conservadores, la visibilidad LGBTQ+ (en redes, manifestaciones o incluso en líneas de investigación académica) puede ser leída como “ideología política” o como “conducta no deseable”.
La vigilancia digital no se limita a la persona migrante: pueden considerar conexiones familiares, redes sociales públicas y etiquetados.
2. Cómo cuidar sin visibilizar de más
Ajusta tu presencia en redes sociales:
Evita publicar imágenes, nombres completos o etiquetas directas que vinculen a tu hije con causas sensibles (Palestina, género, migración, activismo).
Usa configuraciones de privacidad altas y evita compartir datos como ubicación, institución académica o fechas de viaje.
Si eres activista, ¡no dejes de serlo!, pero…
Evalúa si tu voz puede estar afectando indirectamente a tu hije. A veces basta con cambiar el enfoque de la publicación (de lo personal a lo colectivo).
Habla desde tu experiencia, sin mencionar detalles familiares.
3. Comunicación con tu hije: firmeza amorosa
Pregunta cómo quiere que te comuniques con elles sobre estos temas.
Valida su autonomía y experiencia (“Confío en que estás tomando buenas decisiones”), pero ofrece tu apoyo sin juicio.
Evita enviar enlaces o noticias alarmistas sin contexto. Mejor: pregunta si desean recibir información, y si sí, qué tipo.

4. Códigos y cuidado en la distancia
Establezcan un código informal para hablar de temas delicados (ej. “el clima está raro” puede significar “cuidado con redes sociales hoy”).
Si algo te preocupa, en vez de decir “haz esto”, intenta: “Vi esto en las noticias. Si en algún momento te parece útil, puedo buscarte más info o ponerte en contacto con alguien.”
Consideren también herramientas de mensajería segura como Signal, Telegram o ProtonMail si sienten que ciertos temas deben tratarse de forma privada y encriptada.
5. Redes de apoyo y protección
Aliadas en EE.UU.:
United We Dream (Guía para migrantes en español)
Queer Undocumented Project
En América Latina:
Colectivas de madres de personas trans (como Red de familias Trans o la Asociación por las Infancias Transgénero, en México, o Familias Diversas en Argentina)
O mis Círculos de Madres Conscientes que nos reunimos cada 2do. miércoles de mes por zoom, para acompañar diversidades desde el autocuidado.
Cierro con esta certeza: La ternura también es una forma de resistencia. Cuidar sin invadir es un arte que podemos aprender juntas desde lo cotidiano.
Una madre que aprende a proteger sin silenciar, a hablar sin sobreexponer, a resistir sin colonizar la voz de su hije, está practicando una de las formas más profundas de la no violencia activa.
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